Una pareja de jovenes tenían varios años de casados y nunca pudieron tener hijos, para no sentirse solos compraron un cachorro pastor alemán y lo amaron como si fuera su propio hijo...El cachorro crecio hasta convertirse en un grande y hermoso pastor alemán. El perro salvo en mas de una ocasión a la pareja de ser atacadas por
los ladrones, siempre fue muy fiel; quería y defendía a sus dueños contra cualquier
peligro. Luego de siete años de tener al perro, la pareja logro tener el hijo tan ansiado.
La pareja estaba muy contenta y feliz con su nuevo hijo, y disminuyeron las atenciones que tenían con el perro; este se sintió relegado y comenzó a sentir celos del bebe, y ya no era el cariñoso y jugeton perro que tuvieron durante siete años.
Un día la pareja dejo al bebe placidamente durmiendo en la cuna y fueron a la terraza a preparar una carne asada, de pronto escucharon ladrar y gruñir al perro y llorar al niño;
y cual fue su sorpresa, cuando se dirigíeron corriendo al cuarto del bebe y vieron al
perro en el pasillo ; con todo el hocico ensangrentado y moviéndoles la cola.
El dueño del perro penso lo peor; saco un arma que llevaba y en el acto mato al perro,
corrio al cuarto del bebe y encontro a una gran serpiente degollada... El dueño comenzo a llorar y exclamar.... ¡¡HE MATADO A MI PERRO FIEL!!
¿Cuantas veces hemos juzgado a las personas? y lo que es peor: las juzgamos y condenamos sin investigar a que se debe su comportamiento, cuales son sus pensamientos y sentimientos...
Muchas veces las cosas no son tan malas como parecen, sino todo lo contrario.. La próxima vez
que nos sintamos tentados a juzgar y condenar a alguien, recordemos la historia del perro fiel...
Así aprenderemos a no levantar falsos contra una persona, hasta el punto de dañar su imagen
ante los demás..Debemos darnos cuenta que los sentimientos de las personas son frágiles y
fáciles de dañar, pero difícil de sanar...
No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. Exodo 20:16